jueves, 27 de octubre de 2011

Como una enredadera y no como un árbol



La Teoría del Actor-Red (TAR) fue propuesta por Bruno Latour y Michel Callon en Francia a mediados de 1980, como modo para explicar el mundo desde una perspectiva donde el universo está constituido por una sola sustancia (mente y cerebro son una sola cosa, en contraste con la visión dualista), donde lo tecnológico y la visión de la red como elemento coordinador de cualquier práctica de los sujetos con los objetos son elementos clave. Así, la TAR enfatiza las redes que se establecen en la producción de conocimiento, pues propone que este nunca es un proceso individual. Por el contrario, afirma que hay un gran número de "actores" en la generación de conocimiento, con lo que se acentúa la importancia del colectivo y de recursos como equipo, dinero, datos, publicidad o poder.


Así, la TAR resulta útil para explicar la sociedad de la información, su estructura red, las organizaciones y sus vínculos a TICs y la influencia de las redes en las invenciones técnicas, basando su análisis en que la situación de cada individuo en la sociedad-red depende tanto de su inclusión en ella como del lugar que ocupe en su estructura. De este modo, la TAR es cuestiona creencias tradicionalmente arraigadas como la división hombre-máquina, especialmente a la luz de las nuevas interacciones sociales en el espacio virtual y su impacto sobre las formas de concebir o interpretar la identidad, la comunidad, las relaciones, la interacción, el tiempo, el espacio, la realidad, etc.   


Luego, para quienes deseamos conocer más sobre cómo la comunicación funciona como fuerza constitutiva, es clave entender cómo se podría aplicar esta perspectiva en materia de colectivos. Al respecto, encontré una propuesta interesante en este artículo de Prudencio Mochi Alemán (México, 2001), titulado "Las organizaciones de la sociedad civil como actor-red privilegiado y regulador en la globalización". Artículo en pdf  


Por último, tal vez la metáfora propuesta por David de Ugarte (s.f.) resulte una representación rápida y útil de esta teoría: 

Somos hijos de un mundo red, de la ironía frente a lo político y del rechazo a la obsesividad productiva del tiempo ordenado a látigo y reloj. Valoramos en todo terreno, más el flujo que el stock, la relación que el contrato, lo que provee el contacto más que lo que asegura la propiedad formal. Desradicados, tenemos patitas en todos los mundos, pero raíces en ninguno. Tal como somos: como una enredadera y no como un árbol.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Asociación de Usuarios de Internet



La Asociación Española de Usuarios de Internet se creó en Julio de 1995, con los objetivos de promover sin ánimos d elucro el desarrollo de internet, proteger a los usuarios y promover el buen uso de internet a nivel personal y profesional.

Como permite tanto la asociación de personas físicas como jurídicas, entre sus asociados hay varias fundaciones, pero también algunas marcas conocidas, como Google, Nokia y Orange.

Me parece interesante señalar que el nombre de esta asociación hace parecer que existe una base asociativa de usuarios, una especie de sindicato de personas usuarias, cuando en realidad aunque se trate de una entidad sin fines de lucro, tiene bastante claridad en el valor comercial de los perfiles personales en esta época donde la publicidad no está cosida a la camiseta sino a la piel por vía del teclado o la pantalla:

"Asociarse con nosotros significa llegar a millones de personas que escuchan nuestra voz a través de los medios, influir en aquellos que generan opinión, regulación y legislación, compartir información y contenidos con más de 10.000 personas que visitan diariamente nuestra Web, informar a los más de 27.000 suscriptores que reciben mensualmente nuestro boletín infoAUI, intercambiar conocimiento y experiencias con los más de 3.000 profesionales y asociados que se dan cita en a los congresos y actividades organizadas por la Asociación y hacer realidad su compromiso social para desarrollar la Sociedad de la Información"



miércoles, 19 de octubre de 2011

www.indignados.com

Imagen tomada de Wikileaks

La ola de movilizaciones que arrancó el pasado 15 de mayo y que ha sido denominada «movimiento de los indignados» arroja toda una serie de interrogantes acerca de su naturaleza, protagonistas, modos de acción y momento de su visualización. Para desenmarañar un poco esta madeja, valdría la pena iniciar el análisis desde las preguntas: ¿quién participa en qué, cómo, cuándo y por qué? Con base en estas cinco preguntas podría llevarse a cabo un ejercicio de reflexión para comprender este movimiento que ha agitado la conciencia pública, adormecida por una profunda crisis económica y por un sistema de partidos incapaz de transmitir las inquietudes y demandas de la ciudadanía.

De este modo, los indignados representan una auto-organización social que, a través de una movilización popular, critica el funcionamiento defectuoso de la política y de la economía.
Pero, ¿por qué se movilizan? Pareciera que a este movimiento social lo anima un sentimiento negativo basado en el miedo, la rabia, la desesperación y la impotencia. Así, quienes se movilizan lo hacen para transmitir a la opinión pública (es decir, ad extra), pero también a sus participantes (ad intra), que es posible revertir el miedo en esperanza gracias al impulso ciudadano.

En cuanto al repertorio de acción, sin duda las nuevas tecnologías de la comunicación y las redes sociales han servido de iniciadores y catalizadores de un descontento difuso pero generalizado entre la población. Para ello, su capacidad de llegar a gran cantidad de gente en un tiempo mínimo y a un costo cero ha multiplicado la capacidad de movilización de estas redes invisibles de carácter virtual que, por añadidura, multiplican el efecto movilizador de las redes convencionales.

Sin embargo, la pregunta real sería cómo convertir esta actitud de indignación en una verdadera práctica de conciencia, que trascienda las marchas virtuales y presenciales, y posibilite gradual y efectivamente un cambio en el estado actual de las cosas. Es decir, cómo superar la moda virtual y la concentración presencial, para dar paso a un algo (ni idea de qué) que nos permita estar mejor y más iguales a todos.

Al respecto de esta menuda pregunta, sólo me queda decir que se escuchan sugerencias. Valga decir que yo no me indigné el día indicado (no tengo Facebook, no fui a la marcha y no firmé petición alguna), pero si sirve de defensa, he de decir que me he indignado por años, sin ver resultados esperanzadores ni claros.      

jueves, 13 de octubre de 2011

E-citizenship

Imagen tomada de "Learn the ropes" en Wikispaces

La participación ciudadana online es uno de los aspectos que más se valoran desde los poderes públicos al comercializarse Internet y popularizarse la telefonía móvil. Sin embargo, vale la pena reflexionar sobre el concepto de participación ciudadana, pues este es un término de muchos matices. En palabras de Gianfranco Pasquino, la participación ciudadana es "el conjunto de actos y de actitudes dirigidos a influir de manera más o menos directa y más o menos legal sobre las decisiones de los detentadores del poder en el sistema político o en cada una de las organizaciones políticas, con vistas a conservar o modificar la estructura (y por lo tanto los valores) del sistema de intereses dominante”.


De este modo, los "nuevos mecanismos" posibilitan tanto la participación formalizada como la participación informal de sus usuarios. Sobre la participación formalizada, ésta se refiere principalmente al uso de esas herramientas de manera estratégica y no espontánea, tales como blogs institucionales y envío de sugerencias a instituciones por medio de dispositivos móviles. En cuanto a la participación informal, esta se enfoca principalmente en el uso no planificado inicialmente de dichas herramientas para generar acciones y efectos propios de la participación política, tales como el blog un crítico anónimo para contar lo que ocurre en el sector público (ej. El Chamuko en Costa Rica) y en el que, al final, los comentarios de sus lectores pueden influir en las decisiones de la administración institucional.


De acuerdo con Roc Fagés (goldmundus.com), el éxito de la llamada "participación en línea" viene dado principalmente por tres factores clave:  a) la credibilidad del emisor facilita la proximidad, credibilidad entendida como la personalización del soporte, b) la regularidad en la actualización de los mensajes y c) la espontaneidad de los mismos mensajes. No obstante, todo lo dicho hasta ahora se derrumba si la participación no dispone de estímulos, materializados en la respuesta por parte de los poderes públicos o los políticos.


Por tanto, ¿cómo generar insumos comunicativos que despierten respuestas tanto de parte de los otros usuarios como de parte de los tomadores de decisión? Esta generación compartida de sentido debe ser uno de los temas principales de reflexión durante nuestro trayecto de Maestría. Mientras tanto, se escuchan sugerencias.

martes, 11 de octubre de 2011

Periodismo ¿ciudadano?

* Imagen tomada de Multimedialsl



Con el auge de las herramientas digitales y el desarrollo de plataformas que hacen más sencillo publicar, se ha creado la noción de que estamos más cerca de romper el cerco mediático y darle voz a las comunidades y sectores marginados. Pero antes de que corramos a entregarle el nobel de la paz a los creadores de youtube, pensemos un momento si todas estas iniciativas que agrupamos bajo el nombre de "periodismo ciudadano" realmente cumplen el papel de empoderar narrativas diversas y logran llegar a los públicos que están dirigidos.

La Pincoya
Esta iniciativa es sobre un periódico comunal en La Pincoya, un barrio marginal de Chile. El espacio web lo armó un grupo de chicos (y chicas?) jóvenes de la comunidad y revisándolo parece recibir bastante retroalimentación de otras personas de la comunidad que dejan mensajes, hacen solicitudes y denuncias.


Canal Central
Se trata de un proyecto en el que personas nicaraguenses transmiten noticias desde Costa Rica utilizando su teléfono celular, por medio de una plataforma web.

Uno de los elementos que es común a ambas iniciativas es que se trata de reportajes directos de personas de la comunidad. Esto implica que en algunas ocasiones el producto no es tan elaborado como podría esperarse de un trabajo profesional, pero me parece que la estética es sacrificable a cambio de tener un verdadero proceso de narrativa desde los actores sociales involucrados.

Cuando veo estas iniciativas me parecen esfuerzos loables, pero a menudo me pregunto si se quedan solo en eso. Es decir, ¿quién consume estos contenidos? ¿o estamos todas muy ocupadas publicando como para preocuparnos por ver quién nos lee? ¿Es el espacio web la mejor alternativa para hacerle llegar información a una comunidad marginal?